El problema del Guerrillero

Hace unos meses atrás enviamos un post que contaba acerca de cómo Stephanie había conseguido 3 pollitos para incorporarlos al gallinero. Había una gallina que quería empollar, pero como no existía gallo, era imposible que lo lograra. La gallina como no está al tanto de esas cosas sobre flores y abejitas, insiste en mantenerse sobre los huevitos que va poniendo y permanece largo tiempo "guardada" en el gallinero, sin compartir con sus compañeras y con poco interés en comer. Es casi como una "depresión" de gallina.
Para poder hacer que la gallina "supere" aquel estado, uno puede conseguir huevos de mentira, usados para ponerlos en vez de los huevos reales para que éstos no se echen a perder. También existen otros rituales que no recuerdo, pero el último recurso fue conseguir pollitos reales de manera que la gallina los cobijara y criara y que desarrollara su rol de "madre". Fueron escogidos entonces pollitos-gallinas.
Vinieron al comienzo del invierno 3 pollitas que fueron puestas de madrugada bajo las alas de la gallina, que no se dio cuenta de ésto. Cuando ya era hora de despertar la flamante gallina-madre se dio cuenta que tenía ¡3 nuevos pollos! No cabía en sí de felicidad. Pudimos captar estos primeros instantes en los que la gallina asumió su rol inmediatamente cobijándolos y dándoles de comer.
Con el paso del tiempo, perdimos un pollito. Los sobrevivientes comenzaron su crecimiento: una era débil y la otra salía adelante por lo que recibió el nombre de Guerrillera.
La guerrillera crecía más fuerte cada vez, mientras que su compañera era suave y debilucha. A fines del frío invierno capitalino, la Guerrillera comenzó a cobrar colores especiales en sus plumas. La cresta le comenzó a crecer y adoptó actitudes extrañas con sus pares. Comenzamos a dudar de que esta gallina fuera realmente una gallina. Salimos totalmente de dudas una tarde que la Guerrillera dio un grito impropio de una gallina. Definitivamente era gallo.
Nuestro gallinero ahora tenía 4 gallinas y un gallo joven y llamativo, el Guerrillero. Pueden imaginar que a pesar del cariño, un gallo entre tanta gallina puede provocar la fertilización de los huevos, por lo que se tuvo que pensar en encontrar un nuevo hogar para nuestro gallo ex-gallina.
Hoy salimos de Santiago y aprovechamos de llevarlo a un nuevo hogar, ubicado en Nos. Antes sí tomamos algunas fotos y grabamos el canto inexperto de este gallo que salió del gallinero definitivamente. El guerrillero nos cantaba a toda hora, haciéndonos creer que amanecía o atardecía cada una hora o que quizás estaba -de alguna manera- sincronizado con los relojes.


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