La Bertina: Huerta Orgánica en La Reina

Llego al huerto cerca de las diez de la mañana, Dan, el perro de Bertina Soto es el encargado de anunciar mi arribo al lugar mediante sus ladridos, abro el portón que se encuentra medio abierto y me preocupo de que su perro no escape a la calle, pero pronto aparece Bertina y me dice que no me preocupe, que está acostumbrado a salir del huerto y que es muy hábil entre los autos, al cruzar la calle.

Me cuenta que debe salir un momento, unas pocas cuadras fuera del huerto con el fin de visitar a una perrita que hace un par de semanas había llegado al huerto y ella había acogido por unos días, ahora ésta se encontraba bajo el cuidado de unas amigas. Me cuenta la historia de esta perra: “tuve que incurrir en el gasto de operarla, es una perrita nueva y ya le venía el celo […] no puede quedarse aquí, porque es fina, imagínate cómo se le va a poner su pelo con el pasto. Tampoco me la puedo llevar a la casa, porque me vengo temprano en la mañana y vuelvo en la noche, entonces pasaría todo el día sola”, pronto me indica que, a diferencia de su perro Dan, esta perra es cocker spaniel, por lo que necesitaría mucha compañía y cuidados especiales. Bertina además, me comenta, que en la casa en que se queda la perrita, se ha desarrollado un conflicto en cuanto a quedarse con ella “vive la tía y la sobrina, ya son de edad y se van a cambiar a un departamento, pero la tía no quiere quedarse con ella”. Luego de esto me dice en voz alta: “¿qué podemos hacer, en qué me puedes ayudar?, vamos para adentro [refiriéndose a huerto]”, llegamos al invernadero y me muestra una caja de uvas, las cuales fueron desechadas por la verdulería vecina al encontrarse en proceso de pudrición. Así las cosas, debo repartirlas por sobre las composteras, que son seis en total, compuestas por un entramado de maderas, en forma rectangular, distingo los restos de algunos cajones, tipo bins de frutas, algo deteriorados, a los cuales se les ha agregado retazos de otras maderas, pilares en los extremos, restos de planchas o.s.b, entre otros materiales que contienen las estructuras. Las composteras se distribuyen en filas, siendo algunas tapadas con malla tipo raschel de color verde, la última capa vegetal que yace sobre las composteras son hojas, las que depositó Juanito el día de ayer, Bertina me comenta: “Ayer vino Juanito y trabajó como chino, tuvo que ir a buscar hojas a la calle, porque yo no tengo hojas acá”.

Entonces, mi primera tarea consistió en repartir, de un modo equitativo, las uvas sobre las composteras, de las cuales se desprendía un cierto calor, producto del proceso de descomposición de los vegetales. Pronto terminé mi tarea y Bertina no volvía, hasta que por la puerta aledaña al huerto, limitante con la estación de servicios, se acercó un hombre que empujaba una carretilla, sobre la cual traía un canasto grande lleno de hojas de choclo, restos de zapallo, de hojas de zanahoria, entre otras, se dirige al final de las composteras y vacía el contenido de su carga sobre un montón de otros restos de vegetales, diciéndome: “Las vamos a poner aquí para que la señora no se enoje”, alzando levemente los hombros, me comenta que en la verdulería queda mucho resto de frutas y verduras que no se utilizan, por lo que diariamente trae cargas a este lugar. “Esta señora tiene buena tierra aquí, tiene harta vitamina por la fruta que le echa”.
Luego llega Bertina, le comento que vino un señor a dejar una carga de material orgánico, me pregunta dónde lo dejó: “Es que a veces llegan y me abren las composteras y me echan de todo, ni siquiera limpian las basuras que pueden venir”, por lo mismo revisamos si existen plásticos u otro tipo de elementos inorgánicos que no aportan a la elaboración de compost . Luego vuelve, don Luis, con otro cargamento y Bertina le indica otro lugar para depositarlo, pidiéndome a mí que me encargue de distribuir los restos en una especie de montículo sobre el suelo, en medio de las composteras.

“Falta de vida social”, me dice Bertina de pronto, yo no entiendo a qué se refiere, diciéndome que la perrita que fue a ver, según ella, estaba muy encerrada y que necesitaba interactuar con otros perros y gente.

Más tarde, Bertina me entrega unas bolsas llenas de envases de leche, de cartón, las cuales me indica cómo cortar, un poco más de la mitad, además de hacerle dos orificios en el fondo, solo dos, pues con más, me explica que la tierra que contendrá se escaparía con cada riego. Por lo mismo me entero que haremos un trabajo de trasplante de almácigos, me deja una bolsa plástica negra llena de pequeñas lechugas, de no más de 10 ó 15 centímetros, las cuales debo trasplantar. Mientras corto las cajas y algunas botellas de plástico por la mitad Bertina se encuentra dentro del invernadero, en una especie de mesón siembra algunas semillas, que no me dice cuáles son.

Pronto me indica que las cajas de leche que no están lavadas debo botarlas, argumentando que los químicos presentes en ellas perjudican a las plantas, por lo que debo volver a mirar cada una de las que ya había cortado, disminuyendo, de un modo importante la cantidad de cajas. Luego me pide que le ayude a cargar un saco de compost, el que sacamos detrás de unas tablas, cajones y demás elementos apilados junto al invernadero, depositamos la mitad del saco dentro de una carretilla, que ya contenía un poco de tierra y las mezcle con una pala, hasta que Bertina me indicó que estaba bien, seguido de esto, me mostró hasta dónde llenar las cajas, cuanta agua rociar sobre éstas.

Al terminar de llenar las cajas, Bertina se encontraba en la entrada del huerto, atendiendo a una mujer, conversaron unos minutos, luego ingresó un auto, junto a un hombre, bajando un paquete de la maletera. Luego decidí comenzar a trasplantar, temía equivocarme, aunque no significaba algo nuevo para mí, imaginaba la posibilidad de que Bertina tuviese alguna técnica especial, pero comencé la tarea, separando las plantitas de lechuga. Luego Bertina supervisó y aprobó mi trabajo, agregándome el trasplante de bulbos de fresias, matas de lirios, hiedras y una azucena, las que debía separar por cajones de madera, también de frutas que se encontraban apilados junto al invernadero. Bertina me explicaba que los bulbos tienen una parte más delgada, una punta, la cual siempre debe ir hacia arriba, pues por ese lugar se produce el brote.

Cerca de las 13:00 hrs, Bertina me dice que vayamos a almorzar, ella comió porotos que le habían quedado del día anterior, mientras que yo comí porotos granados que había llevado. Almorzamos por casi dos horas, conversando acerca de diversos temas, me habló entre otras cosas de las personas que viven en este espacio, es decir, don José apodado como el abuelo, en la mitad del huerto, además de Gastón y su hijo Carlitos, quienes viven al final del espacio. La madre de este niño de 12 años, murió hace un par de años, por lo que se encuentra a cargo de su padre, quien trabaja en la estación de servicios, de “bombero”. A veces, Carlitos le ayuda a Bertina en sus labores, por lo que ella le da algún dinero a cambio. Me contó anécdotas y situaciones propias de la cotidianeidad que los une.

Luego continuamos con las labores, por mi parte terminé de trasplantar los almácigos, los que serán destinados a la venta, las lechugas, por ejemplo, son vendidas a $150 cada mata. Bertina me convidó castañas, las que están tiradas en el suelo del huerto, pues comienzan a madurar y a caer del castaño. Me fui del huerto a eso de las 16:00 hrs, quedando de acuerdo para volver el próximo viernes, pues Bertina necesita ayuda para fabricar sobres de papel en donde serán guardadas las semillas. En esta época, según Bertina, se encuentra en pleno tiempo de cosecha y trasplante, fijándose en los ciclos de la luna, la cual se encuentra en menguante.

-Huerto Orgánico Las Niñas, Comuna de La Reina.
-Martes 25 de marzo de 2008.



Bitácora escrita por Sofía Hernández, Estudiante de Antropología.
Sofía participa en varios proyectos de Huertas Orgánicas en Santiago en los que trabaja arduamente como parte de su investigación de Tesis.
Estas bitácoras son una muestra de los proyectos que se realizan en Santiago y que manifiestan el interés de personas en proyectos de autosustentabilidad y conexión con la tierra.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Excelente la descripción, gracias Sofia por compartirlo, adelante con el diario de campo, debe estar bakan a esta altura.
En el blog de los medieros subi unas fotos del huerto de bertina, visitenlas.
Cuando invitan a una cena en el huerto?

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